La felicidad, improvisando un mundo color de rosa

Después de muchos años dando clase, en las primeras sesiones cuando los alumnos ya seimprovisación sienten capaces de hacer pequeñas escenas, les planteo que hagan un mundo perfecto. Ellos pueden ser quienes quieran y pueden estar donde quieran. No son raras las situaciones en playas paradisíacas o grandes mansiones. Lo divertido del ejercicio es que todo el que entra tiene que plantear su mundo de color de rosa e intentar ser feliz… En el teatro improvisado, al estar jugando con la imaginación, realmente tienes de todo (el dinero, los objetos, la ropa…) también puedes estar donde quieras e incluso viajar dando una palmada… y por descontado que puedes ser quien quieras ( un rey, un jugador de fútbol, un dictador…) Pero nada, mis improvisadores nunca son felices, siempre terminan discutiendo por alguna tontería o terminan en una gran guerra con grandes ejércitos enfrentándose. En alguna ocasión se alcanza un extraño equilibrio, separan el espacio en 2 y cada uno vive su impro en su lugar, pero al poco se aburren…

Será que… ¿Quién seas o lo que tengas no es la clave para ser feliz?

Propuesta: Pro- apuesta

¿Qué es proponer? Proponer es compartir. Eso que nos dicen de pequeños que tenemos que hacer y luego de adolescentes y adultos convertimos en «competir» pro

Hace poco recordaba que cuando era niño, para prestarle algo a un compañero del cole se lo tiraba desde cualquier punta de la clase. Me recuerdo lanzando algún boli o goma  para ver si el compañero era capaz de cogerlo «el acto de compartir se convertía en un juego». Luego en algún momento de mi historia alguien me dijo que no podía lanzar así las cosas porque «era de mala educación» o simplemente porque «se podía caer» la lógica adulta aplastante…

Y ahora resulta que  se deben compartir las ideas, lanzarlas, proponerlas… y todo eso como en el ejemplo del boli para poder empezar a jugar. apuesta

Cuando uno materializa una idea en escena a eso se le llama «hacer una propuesta»  esa persona hace una «apuesta» por algo que piensa que puede funcionar o tal vez, por lo único que tiene en la cabeza y la obligación de quien recibe eso es estar «pro» a esa apuesta o como dice la RAE «a favor…»
Lo que más valoro de las «propuestas» es que uno mismo tiene que estar «pro» con ellas. Una vez que tienes tu idea manifestada y sobre la mesa, tú debes cuidar tu apuesta igual que el otro.

Tendemos a lanzar ideas cobardemente por miedo, por vergüenza, por desconocimiento y en la mayoría de los casos estas se pierden, se disipan y no conseguimos un solo «pro» que nos apoye. Ni siquiera el nuestro propio. Busca proponerte las cosas. Busca proponer en la impro, si lo haces ya tienes tu apoyo y el del compañero que te está escuchando.

Propónle a la vida.

Emprender e improvisar

Desde hace algún tiempo me fijo en los blog de emprendedores. Gente que cuenta como empezó sus negocios o anima a otros a liderar sus vidas y sacar adelante sus propios proyectos. Este blog es victima de alguno de esos comentarios de estos intrépidos consejeros.si  Me siento muy identificado ya que el proyecto de «Impro Impar» ha recorrido gran parte de los caminos marcados por estos gurús del «como sacar las cosas a flote» 

-Una idea
-prepararte (formarte) para realizarla
-Marcar objetivos cercanos
-Mirar hacia donde quieres llegar. 

Otro día hablaré de Impro Impar y del camino que está recorriendo. Pero hoy quiero hablar de una (hay más) de las similitudes de improvisar y emprender.
Cuando hablo de los cursos de impro a la gente, muchas veces veo su cara de emoción ante la idea de improvisar y les invito a que se pasen un día por las clases. En un 99% de los casos me responden con -«Yo no valgo para esto», – «No tengo tanta creatividad»,-«No sé» ,-«Odio el teatro»

Salvo el caso de los que odian el teatro (pocos) el resto se pone una losa encima enorme que ni siquiera les permite plantearse lo que les acabo de proponer (una clase gratis y sin compromiso) esa losa es el «NO»

Dar los primeros pasos en todo es siempre complicado, difícil y claro nos encantan nuestros miedos. Disfrutamos poniéndolos delante nuestra para contar lo grandes que son, como bailan y lo poco que nos dejan avanzar.
Precisamente el primer día de clase explico a mis alumnos que la clave para empezar a improvisar, para empezar a jugar, es aceptar todo con un gran «»

Es muy interesante ver como la vergüenza  y miedos se desvanecen tras la fuerza del «Sí» en ese primer contacto con la impro y  si luego eres capaz de aplicar esto a tu vida podrás ver como las excusas para «no hacer» también empiezan a encoger y quitarse de tu camino. Incluso puede que te conviertas en emprendedor, te lances con ese proyecto, te dediques a algo que te gusta y tengas un blog para contarlo. 

En nuestro espectáculo nos gusta preguntar a nuestro público.
«¿Puede ser más difícil?» y todos gritamos emocionados.
«Sí, puede ser»…pues bienvenido sea. Atrévete con todo!

Vive desde el «Sí»