Ejercicio 1: vive

Cuando empiezo con un grupo nuevo. Una de las primeras cosas que digo es: -«la impro es la vida»… «porque la vida es improvisada«. Después de decir esto (me quedo más ancho que largo) vemos que todo lo que hicimos durante el día, todo lo que haremos después y todo lo que pasará mañana, será improvisado porque no podemos «guionizar» cada noche lo que diremos o lo que haremos al día siguiente. impro

Cuando una persona salta por primera vez a escena. El primer problema que encuentra es «su propia existencia». De repente es consciente de que existe, que la gente le puede  ver, que tiene que hablar y que tiene que accionar (hacer cosas) ¡Claro! Esto es un problema si fuera la primera vez que esa persona habla, se mueve o hace cosas pero no es el caso. Permitidme recomendar este ejercicio.

Ejercicio 1: Vive

Por la mañana: Duerme, sueña, despiértate (tarde, temprano, a la hora, con despertador, sin despertador) Lávate, desayuna, haz pis, di buenos días. Ve al trabajo o quédate en casa.

Si vas al trabajo:Trabaja, habla con los compañeros (de fútbol, del tiempo, de tu vida, de la suya, bromea)toma café, fruta,  discute con todos, con tu jefe. Enfádate, arrepiéntete, pide perdón, acepta disculpas; se eficaz, vaguea, escribe, tararea, mira internet, tomate 10 minutos, ve al baño, mira las paredes, mira el suelo, preocúpate, mira el techo…

Si estas en casa: Limpia, cocina, relájate, lee, ponte una peli, habla por teléfono, canta, mira fotos viajas, estudia, dúchate, bañarte, caga, despreocúpate, escucha el silencio, come, invita a alguien…

Con gente: Come, pasea, exprésate, viaja, habla, pelea, liga, enamórate, discute, ayuda, enfádate, haz ejercicio, observa,cumple una promesa, escucha, ignora, haz un favor, duerme, presume, haz sentir especial a alguien, regala, pide ayuda, presenta, acepta un cumplido, ríe, cánsate, vete…

Con tu pareja: Sorprende, besa, sonríe, ve al cine, rompe un hábito, cena, túmbate, haz el amor, mira, duda, confía, ve de vacaciones, conoce, di te quiero, camina, planifica, habla, calla, cuenta tus ideas, responde, pregunta…

Contigo: Come, reflexiona, piensa, equivócate, aprende, escucha la naturaleza, imagina, compra, brilla, soluciona, pon nombre a un árbol, oye música, respira, emprende, busca, peínate, haz ejercicio, escribe, báñate, dibuja, pinta, se niño, cambia.

Vive…

Estas son algunas de las cosas que puedes hacer en un día, es parte del ejercicio completar la lista con más cosas(hay miles) Intenta que todos los días tengan un poco de todo. (sonríe todos los días, pero también indígnate o enfádate)
Si haces este ejercicio empezaras a vivir de manera consciente y no te sorprenderá tu propia existencia y así podrás empezar a improvisar…

Emprender e improvisar

Desde hace algún tiempo me fijo en los blog de emprendedores. Gente que cuenta como empezó sus negocios o anima a otros a liderar sus vidas y sacar adelante sus propios proyectos. Este blog es victima de alguno de esos comentarios de estos intrépidos consejeros.si  Me siento muy identificado ya que el proyecto de «Impro Impar» ha recorrido gran parte de los caminos marcados por estos gurús del «como sacar las cosas a flote» 

-Una idea
-prepararte (formarte) para realizarla
-Marcar objetivos cercanos
-Mirar hacia donde quieres llegar. 

Otro día hablaré de Impro Impar y del camino que está recorriendo. Pero hoy quiero hablar de una (hay más) de las similitudes de improvisar y emprender.
Cuando hablo de los cursos de impro a la gente, muchas veces veo su cara de emoción ante la idea de improvisar y les invito a que se pasen un día por las clases. En un 99% de los casos me responden con -«Yo no valgo para esto», – «No tengo tanta creatividad»,-«No sé» ,-«Odio el teatro»

Salvo el caso de los que odian el teatro (pocos) el resto se pone una losa encima enorme que ni siquiera les permite plantearse lo que les acabo de proponer (una clase gratis y sin compromiso) esa losa es el «NO»

Dar los primeros pasos en todo es siempre complicado, difícil y claro nos encantan nuestros miedos. Disfrutamos poniéndolos delante nuestra para contar lo grandes que son, como bailan y lo poco que nos dejan avanzar.
Precisamente el primer día de clase explico a mis alumnos que la clave para empezar a improvisar, para empezar a jugar, es aceptar todo con un gran «»

Es muy interesante ver como la vergüenza  y miedos se desvanecen tras la fuerza del «Sí» en ese primer contacto con la impro y  si luego eres capaz de aplicar esto a tu vida podrás ver como las excusas para «no hacer» también empiezan a encoger y quitarse de tu camino. Incluso puede que te conviertas en emprendedor, te lances con ese proyecto, te dediques a algo que te gusta y tengas un blog para contarlo. 

En nuestro espectáculo nos gusta preguntar a nuestro público.
«¿Puede ser más difícil?» y todos gritamos emocionados.
«Sí, puede ser»…pues bienvenido sea. Atrévete con todo!

Vive desde el «Sí»

Explicando la libertad, vivir libres

Me cuesta mucho en clase , explicar a los alumnos que es la libertad.  Refieriendome a la libertad escénica que la impro te permite. Normalmente me apoyo en la «Patinoire» y les explico que en ese espacio, en ese lugar -«pueden serlo y hacerlo todo» otras veces les expongo que la libertad del improvisador es como despertar en mitad del océano a medio día, con el sol sobre la cabeza y tener que decidir en que dirección nadas para sobrevivir. Muchos ejemplos hay sobre esto.

pastilla roja

El otro día vi Matrix después de mucho tiempo y encontré esa nueva metáfora para explicar esto de la libertad.

-En Matrix. (ojo spolier) Neo, es el elegido, pero su única virtud es…¡qué aprende a improvisar! Mientras los otros liberados por la pastilla roja siguen viviendo bajo las reglas de Matrix. Neo aprende a parar las balas, correr y moverse más deprisa, volar, salvar la vida a su amada, romper las reglas de la realidad y aprende a realizar cualquier tarea al instante.  ¿Acaso no son cosas que hayáis hecho alguna vez improvisando? y otra más ¿acaso no estamos en Matrix?
 ¿Seremos capaces de aprender que esa libertad está también en nuestro Matrix particular?

Recuerda: «No hay cuchara»

¿Cómo explicas la libertad del improvisador?